Cuentos y reseñas
8 julio, 2016

La magia de los números

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En la Escuela del Bosque transcurría otro día de clases como cualquier otro.

—Hoy vamos a aprender a sumar —dijo la maestra.

Los estudiantes se revolvieron incómodos en sus asientos, protestaron, pero al final, terminaron por aprender que uno más uno era igual a dos y que dos más dos era igual a cuatro.

—Muy bien —dijo la maestra.

Prosiguió a demostrar lo útil que podían llegar a ser los números en la vida real, preguntando cuántos dulces se podían comprar en la tiendita si cada dulce costaba un peso y en los bolsillos sólo tenían un par de monedas de dos pesos.

Los alumnos miraron al vacío, otros empezaron a contarse los dedos de las manos; después de un largo silencio, quien sacaba las notas más altas, dijo:

—Cuatro dulces.

—Muy bien —lo felicitó la maestra.

Sin embargo, el burro del salón pensaba diferente.

—Yo vendo dulces —intervino—. Pelón Pelo Rico, Tix Tix, Gudulups, chicles Bubbaloo y Motita, Palelocas, Chipiletas, Chupirules, Rockaletas, Miguelitos, Damys, chocolate Vaquita, Almon Ris, Pico Rey, Duvalines, Sugus, Panditas, hasta Tehuanos si gusta, y puedo asegurarle que mediante mi sistema de pagos, usted y mis compañeros, aunque sólo tengan cuatro pesos en los bolsillos, pueden disfrutar de todas estas delicias.

Sorprendida del mercantilismo rampante, la maestra lo reprendió diciéndole que aquello era imposible.

—Soy burro pero no tanto —se defendió el alumno—. Mis dulces, a diferencia de la tiendita, los doy a crédito.

Los estudiantes corrieron la voz sobre el sistema milagroso. Durante un semestre redondo dejaron de comprar en la tiendita, mucho más ventajoso era ir con su compañero, pues él únicamente anotaba en una libretita la cantidad de mercancía que le pedían. Todos fueron muy felices en la Escuela del Bosque, hasta el último día del curso escolar. El burro se presentó escoltado por sus hermanos mayores (que no tenían orejas largas y cola, pero sí brazos musculosos de gorila) a cobrar uno por uno a cada amante de las golosinas.

 

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